sábado, 22 de diciembre de 2012

domingo, 16 de diciembre de 2012

Mi entrevista a Leandro Erlich para SAUNA #25: "Cocktail en una pileta vacía"


Cocktail en una pileta vacía
Entrevista a Leandro Erlich
por Mariano Soto

Enlace directo a la revista SAUNA:

 Leandro Erlich fotografiado por Ezequiel Suranyi en la muestra Un ascensor, tres nubes, una tienda, tres fotos, un tren, una puerta rota y un jardín perdido.

La entrevista se hizo en la galería Ruth Benzacar, donde Leandro está exponiendo actualmente. Al llegar, me encuentro con que está hablando a un grupo numeroso de personas que están visitando la muestra. Leandro, si bien neutro en su trato y en sus modos, es elocuente a la hora de hablar de su trabajo y muy atento al espectador común. Me dijo que prefería las entrevistas por escrito, pero cuando le dije que esto iba a ser como una charla amistosa, se relajó  y, después de un rato, lo percibí cómodo y confiado. Aquí va parte de esa charla.

¿Este era un grupo de la ORT? (1)

Sí, yo había entendido que era un grupo de docentes y alumnos, pero en realidad era un grupo de docentes y amigos de docentes o padres de alumnos que armaron esta visita. Espero que después esto se traduzca en una visita con los alumnos…

Bueno, de hecho, leí que eso es justo lo que más rescatás de tu experiencia en Tecnópolis, que tiene una afluencia masiva de público… a pesar de que marcabas algunas dificultades en el contexto expositivo...

Sí, las artes visuales tuvieron siempre un público muy acotado, y creo que lo que pasa en Tecnópolis está bueno justamente por esto de abrirse a un público masivo. Después, bueno, se pueden discutir algunas cosas: cómo está presentado, que el ordenamiento del espacio no corresponda a lo que uno vería en un museo o en un centro de arte, etc. Pero el hecho de poder abrir el juego a  un público amplio me parece que es super positivo, y muy valioso e importante.

¿Y la experiencia de la Usina?
Bueno, digamos que las dos experiencias son muy positivas desde el momento en el cual yo puedo hacer una obra que me es imposible presentar y producir en la Argentina sin este tipo de apoyo. Ahora, los dos espacios son diferentes, funcionan en forma diferente. En materia de público, por ejemplo, lo de Tecnópolis es más masivo hoy en día que la Usina, que todavía está encontrando su régimen, todavía no está abierto en forma permanente ni con horarios definidos. No obstante, es una buena oportunidad para poder presentar estas obras en Buenos Aires.

Siguiendo con el tema del espectador: tus obras tienen un gran componente de interacción, de vivenciamiento por parte del público. Pasado ese primer momento ¿vos creés que tu obra sigue operando? ¿Lo que el público se lleva trasciende el momento de la interactividad?

Yo creo que sí, aunque en muchos casos el objeto ya no exista más. Sigue operando de la manera que pueden operar -o no- en cada uno de nosotros, la experiencia de un oír un concierto, de leer una novela, o de ver una obra de teatro o una película, es decir, con distancia respecto a la obra o al objeto. Creo también que eso dependerá del espectador. Algo interesante es que mis obras pueden dejar de existir físicamente. Aunque, en algunos casos, si esa obra va a ser reinstalada en otro lugar, se guardan esas piezas para rearmarla.

Por ejemplo la de acá de la Usina, que estuvo en el Centro Cultural 104, en París.

Sí, Batêment fue producida por primera vez en el marco de una muestra en París. Acá se la llamó El Edificio (N d R: traducción de Batêment)

Sí, y para mi mucho más fácil de pronunciar... jaja.

Jajaja… Sí, los títulos de mis obras son, en general, la manera en que llamamos comúnmente a las cosas. No hay una intención narrativa. La puerta rota es La Puerta Rota. Si hay una poesía en el título es justamente esa no poesía. Esa simpleza.

Esta cosa paradojal que tiene tu obra, ¿vos siempre la tenés en mente a la hora de producir o es un lugar al que llegás sin proponértelo?

A ver, si tuviera que pensar en un eje para mi obra... diría que circunda lo cotidiano. Y la percepción de lo cotidiano, y eso nos involucra a todos. Y de qué forma uno se relaciona con lo cotidiano: de una forma física y de una forma intelectual.

Bueno, pero tu obra subvierte lo cotidiano, las convenciones que damos por válidas. Justamente lo que hace es poner la realidad de cabeza...

En algunos casos sí, en otros no. Y no necesariamente es una inversión. Es más bien tratar de generar un cierto cuestionamiento sobre el orden de lo que todos aceptamos, pero un cuestionamiento que yo entiendo como positivo, porque es un cuestionamiento que plantea la potencial existencia de otros órdenes, más allá de ese que nosotros tenemos como establecido, cerrado, canonizado...

Y hay una cuota de humor, por supuesto....

Sí, sí. Muy grande. Y yo creo que eso ayuda a que mi obra sea muy accesible, una obra que permite que cualquiera pueda disfrutarla: niños, grandes, educados, no educados, universitarios, obreros, y cada uno va a encontrar una forma personal de interpretarla. Y eso es una virtud natural de la obra, no hay estrategia posible para que eso se genere. Personalmente creo que hay diferentes niveles de lectura y esto dependerá de lo que cada uno traiga al encontrarse con ella.

El público de la visita de recién, por ejemplo, se iba contento, y no parecía ni contrariado ni confundido…

Sí, creo que hay diferentes formas de estar confundido… A ver, vos podés encontrarte con un espejo en el cual no te ves, y dependerá de cada uno cuál va a ser la reflexión al respecto.
Estará quien piense que no encontrar su reflejo en un espejo es una experiencia muy violenta. No necesariamente desagradable, pero que implica un cuestionamiento que puede ser bastante profundo. Tan profundo como plantearte la naturaleza del conocimiento sobre tu propia existencia, como esa etapa en que los chicos no saben que esa imagen en el espejo son ellos, creen que es otro, hasta que empiezan a interpretar que ese reflejo son ellos mismos. Por eso, desaparecer en el orden de lo perceptivo es fuerte. Tiene muchas lecturas.

¿Te molesta que haya gente dentro del ámbito del arte que considera que tu obra es efectista o fácil?

No, no me molesta. Creo que es complejo proponer algo que seduce. Y creo que muchos de mis proyectos son muy “seductores”… y es como que uno tiende a pensar que, lo que te gusta, tiene que no gustarle a otros. Es como lo que te define. Es marcar la individualidad a través de la diferencia. Creo que es una lectura fácil y limitada creer que mi obra termina es ese efecto… me parece que es una visión muy primaria asociarla al entretenimiento, por ejemplo.

¿Creés que puede ser porque está tan involucrado lo perceptivo?

Sí, pero lo perceptivo justamente se desactiva tan rápido; es decir, el tema del truco deja de ser importante pronto. De todas maneras creo que en relación a lo perceptivo, el tipo que pintó los búfalos en las cuevas de Altamira, por ejemplo, estaba viendo a los búfalos correr, estaba viendo el paisaje: la percepción es inherente al ser humano. Es la herramienta para el acceso al conocimiento: la vista, el olfato, el tacto, el oído, son las herramientas con las cuales te manejás para poder entender el mundo. Para el arte hay muchos caminos, todos válidos y posibles.

¿De chico te atraían la magia, los magos? ¿O los parques de diversiones? ¿Eso te llamaba la atención especialmente?

Te diría que no. Siempre fui más bien aficionado al cine.

Sí. Sos muy cinéfilo.

Sí. Y con respecto a la magia, contrariamente a lo que uno pueda pensar, te diría que, si bien siempre me sedujo la idea del mago, luego… es como esas comidas que cuando las ves te parece que te van a encantar, pero que después al final no te gustan para nada. Siempre me generó una fantasía especial la magia, pero no me termina de parecer atractivo ese modelo donde hay un truco que no se sabe.

Bueno, se entiende, porque en tu obra vos ponés el artificio en evidencia...

En la magia, todo se circunscribe al truco. Tal es así que vos podés ver una y mil veces un truco producido por un mago, fascinado; pero si te muestran cómo está hecho, perdés totalmente el interés en volverlo a ver...

La película The Prestige, de Cristopher Nolan -la historia ficcionada de dos grandes magos de principios de siglo XX- termina con esta frase: -El espectador no quiere llegar a saber el truco. Prefiere ser engañado- ¿Estamos hablando de algo así?

Sí, y creo que hay algo que es inherente prácticamente a todas las personas, y es aquella seducción que provoca el misterio, aquello que nos sorprende, aquello que nos permite ver las cosas de manera diferente, porque es una forma de conectarse con las cosas que amplía nuestra capacidad de comprensión de lo que definimos como “realidad”. La realidad es un ente que construimos… y esa idea de realidad va a ir cambiando en la medida en que vayan cambiando los paradigmas. En un momento se creía que todo daba vueltas alrededor de la Tierra, y después nos dimos cuenta de que esto no era así, de que dábamos vueltas alrededor del Sol… hasta que descubramos otra cosa. Y entre lo cognitivo y lo sensorial, uno va definiendo aquello que es la realidad.
Me atrae cualquier propuesta que nos permita repensar las cosas, redefinirlas, o que nos genere la idea de que la realidad no es un ente finito sino infinito, en el cual el valor de la imaginación, por ejemplo,  tenga mucho que ver.

Bueno, tu obra es, de algún modo, un desmantelamiento de la realidad.

Sí, igual, pienso que la mía es una obra polisémica. Tiene muchos sentidos y formas de abordarla, y me parece que es válida cada una de esas interpretaciones.

¿Y vos la pensás en otra dirección interpretativa muy distinta a esta?

No, yo tengo las razones por las cuales genero la obra. De todas formas, no me parece que esas razones por las cuales yo genero la obra sean más importantes que las interpretaciones que la gente haga de ella.

¿Y cómo te cae, encontrarte con una interpretación que no tiene nada que ver con lo que vos pensás de tu obra?

Mmmh… depende del ámbito en que esa interpretación se exprese… a ver: si se expresa dentro del ámbito en el que alguien está escribiendo y tratando de explicarle a alguien más de qué va mi obra, y no tiene nada que ver con lo que yo quiero decir… por ahí no me resulta muy agradable esa opinión. Ahora si tiene que ver con una opinión personal y sujeta a la subjetividad de la persona que la interpreta de esa forma, entonces me parece bien…

Bueno, igual, estaría siempre “sujeta a la subjetividad”…

Sí. Pero esa persona no estaría tratando de explicársela a nadie….

Estás hablando entonces de lo que podría ser una mirada profesional, o relacionada con el ámbito académico y de la crítica.

Sí, puede ser. Y a veces te pasa que hay interpretaciones de la obra que te resultan sumamente interesantes y atractivas.

¿Por ejemplo? Contáme alguna que te haya impactado.

Bueno, me acuerdo una que fue muy curiosa. Una chica se me acercó en una exposición que yo estaba haciendo en Miami, y me comentó que su madre estaba organizando una fiesta. Creo que la madre era coleccionista de arte… o pertenecía a algún grupo social destacado... algo así. Lo interesante es que estaba organizando una fiesta en la pileta de su casa, en la pileta vacía. Porque había visto unas fotos de mi obra Swimming pool (La pileta), que yo había hecho con gente adentro, en una inauguración. Entonces resultó que en esas fotos -que después circularon por internet- se veía gente en la obra con un vaso de cerveza, o con una copa tomando algo, porque eran fotos de una inauguración. Entonces la chica me comentaba lo genial que le había parecido esa obra a su madre,  a partir de la idea de cómo yo había retratado a un grupo de la sociedad que vivía sumergido dentro de… (piensa)

¿Dentro de una burbuja?

Sí, dentro de una burbuja. Tomando drinks y cocktails…

Jajaja

Y a la madre a partir de ahí se le había ocurrido hacer esto mismo con su grupo de amigos.

Meterlos en la burbuja…

Sí, invitarlos a la pileta vacía, todos vestidos, a hacer un cocktail.
Hay miles de cosas que no necesariamente son parte consciente de lo que creamos, pero que están también contenidas en ello. Creo que eso es lo interesante del arte, en todas sus ramas, a diferencia de aquellas disciplinas que plantean o que requieren de un sentido único. La ciencia, por ejemplo, requiere de un sentido único y de una claridad vinculada a lo que uno está expresando en una definición muy precisa. Yo creo que lo ambiguo y la multiplicidad de sentidos es algo muy enriquecedor, y es aquello que nos permite acercarnos al arte en cualquier tipo de expresión. Es abrir el juego.

El tipo de obra que vos hacés no es muy común acá en Argentina. Tal vez quien puede llegar a acercarse más o menos a lo que vos hacés sea Tomás Saraceno, por ejemplo, y, justamente, está teniendo mucha proyección internacional también. ¿Vos creés que el haberte ido fuera del país tan joven, haber pasado tanto tiempo fuera, cambió un poco tu manera de mirar? ¿El dónde y sobre qué ponés la mirada?

Sí, yo creo que hay algo de esto, pero ojo, que también tiene que ver con la posibilidad material de desarrollar estas obras, este tipo de proyectos. Está directamente relacionado a tener los medios para poder realizar obra de este tipo. En el exterior existe una estructura que, de una u otra forma, ayuda a los artistas a producir y a exponer. Sobre todo a través de los programas de becas y bienales.

¿Y creés que eso ejerce una influencia directa en el tipo de producción? ¿En la dirección que toma la producción luego? Por ejemplo, el tema de la escala…

El tema de la escala también está vinculado con el orden de relacionarse con lo cotidiano, porque éste tiene que ver con relacionar al espectador en una escala 1 a 1: la representación de una puerta rota, por más que no sea una puerta tiene que tener la dimensión de una puerta. Hay un cierto hiperrealismo obligado.

Pero me refiero tal vez a qué es a lo que le prestás atención; el bombardeo cotidiano va a ser distinto acá que en París, NY o Tokyo… digo, la cabeza tal vez se dispara para otros lados. Para otro tipo de poéticas y de reflexiones…

Seguramente hubo alguna influencia en el hecho de haber tenido la posibilidad de salir y de ir desarrollando mi trabajo en el exterior. Para mí salir siempre fue una situación de estímulo. Encontrarse con realidades diferentes y contextos diferentes es muy estimulante, y termina, seguro, reflejado en la obra. También creo que es muy difícil, para los artistas en nuestro país, plantear obras o proyectos que no se vayan a poder vender. Porque esto no es menor. ¿Cuánto tiempo puede uno vivir haciendo lo que quiere y le gusta, sabiendo que eso no te va a generar ingresos? Entiendo, igual, que es importante liberarse de las presiones, en la medida de lo posible. Hoy por hoy puede ser más fácil para mí vender una obra, pero cuando yo empecé a hacer instalaciones mi papá me decía:-Leandro, está bueno lo que hacés, pero no dejes de pintar, tendrías que seguir pintando, porque si viene alguien que le interesa algo tuyo no se va a llevar un ascensor a la casa…

¡Buenísimo!

Sí, toda esa historia. Y yo creo que uno no puede especular ni estrategizar nada que tenga que ver con la carrera. Más allá de tratar de seguir lo más posible el impulso, y de hacerse cargo del desafío que implica…
Mirá, si alguna vez he pensado en tener algún tipo de estrategia en relación a lo que puede tener más o menos éxito comercial… nunca funcionó.

No pensás en absoluto en eso a la hora de producir.
No pienso en absoluto en eso a la hora de producir, no. Yo creo que uno tiene que encontrar la forma de llevar a cabo sus sueños… y hay que usar bastante la imaginación… Bueno, me siento raro diciendo esto, porque recuerdo a alguien como Xuxa diciéndolo… “No renuncies a tus sueños”… jajaja

Jaja, tremendo, sí. Leandro, hablemos del proyecto del Obelisco emplazado en La Boca. Prefigura tranquilamente lo que fueron tus obras después… y eso que estamos hablando del año ¿95?

Lo del obelisco fue en el ´93, con la Beca Antorchas. ´93, ´94. Y sí, yo creo que ese fue un quiebre; una bisagra con  respecto a todo lo que yo pudiera haber hecho antes y lo que iba a hacer después.

Y el hecho de que al final no pudiera realizarse también es muy elocuente…

Sí, el que no se haya podido realizar y el que yo haya trabajado en él un año… que me haya interesado trabajar un año en eso, es sorprendente; esa relación con el desafío, con lo difícil, con proyectos que no van a ser fáciles de llevar a cabo. Fue un primer proyecto y ya fue como un master….

¿Eso te decidió de alguna manera a elegir cómo querías laburar… o qué entorno querías para el desarrollo de tu laburo?

No, no fue una elección, eso tampoco lo elegí yo. Se dio. Lo de Houston fue porque nadie más del grupo de Antorchas pudo ir; llamaron a mucha gente, pero no podía ir nadie del primer grupo de Antorchas, del cual yo era parte; ni del segundo, así que cuando me llaman yo digo , y fui. Y lo que sí ocurrió ahí, fue que descubrí que cierto tipo de instalaciones vinculadas a la idea del espacio estaban como en auge. Hay ciclos dentro del circuito del arte, en los que varía a qué tipo de producción se le va prestando mayor atención. Se van poniendo determinadas cosas de moda, todos lo sabemos. Hay momentos en los cuales la pintura está muy de moda, o la fotografía está muy de moda, no? Y justo en esa época hubo como una especie de auge de todo aquello que tenía que ver con las instalaciones; no es que yo estuviera pensando en eso, yo estaba pensando en mis proyectos, no en formatos para la obra, pero hubo una feliz coincidencia.

Y acá en la Argentina ¿qué te parece que está de moda en este momento?

No, yo creo que en la Argentina, en ese sentido, estamos bastante libres de las modas… quiero decir, son cosas que pasan afuera…

¿Por el mercado?

Sí, supongo que por ahí están relacionadas al mercado… yo creo que para generar estas corrientes, necesitás grandes caudales. Son cosas que se generan en estos países que son grandes productores de arte, grandes consumidores de arte, ya sea a través de museos, de galerías, o a través de grandes estructuras. Argentina tiene una estructura para el arte que no es muy grande, que es bastante limitada, pero por esto mismo también deja bastante libertad de acción.

En una entrevista de hace cinco años decías que la Argentina tiene un lugar periférico en el contexto artístico internacional… también mencionabas lo que acabás de decir, que eso nos daba un grado de libertad interesante. Cinco años después como percibís la situación: ¿está igual, mejoró, empeoró?

Bueno, pienso que nuestro lugar periférico sigue como tal… creo que hay varios temas que tienen que ver en ello, como la distancia geográfica. Cuando uno piensa en USA o en Europa, son un núcleo de países que están produciendo cultura, y no es sólo un país en particular… es un conjunto. Yo creo que seguimos siendo periféricos, pero se está trabajando en cambiar eso… yo creo que hoy hay posibilidad de que algo de eso cambie, y tiene que ver con que estamos empezando a asumir el concepto de “región” con el resto de Sudamérica. Nosotros somos periféricos mismo dentro de América.

Sí, pero no sé si otros países de Sudamérica son tan periféricos en el contexto internacional del arte…

Sí, pero en forma diferente. Brasil sigue siendo periférico pero lo es menos en la medida en que tiene un poder económico y un fuerte valor patriótico hacia la producción cultural…hacia “su” producción cultural. Brasil es un gran defensor de su cultura. En Argentina tenemos nuestra propia particularidad , entendiendo que somos un país muy grande, que tiene como centro Buenos Aires, y que Buenos Aires es compleja, porque no es una ciudad que mire hacia dentro sino que mira hacia fuera, y todo esto en materia de identidad nos genera … bueno, nada, que es todavía un desafío, un algo por construir.

Leandro, es innegable tu éxito a nivel institucional: premios, becas, grandes museos y centros culturales y artísticos del mundo. ¿Con los coleccionistas tenés el mismo éxito?

A ver. Soy un artista que tiene un… ¿cómo decirlo? un éxito limitado entre los coleccionistas, no uno mega amplio, pero es por la misma naturaleza de mi obra. Por varias razones. Por un lado por el tamaño pero también por la capacidad de producción. Yo no produzco tanto, y mucho de lo que tiene que ver con el coleccionismo tiene que ver con la cantidad de producción… el mercado del arte es una cosa bastante extraña y difícil de explicar, funciona como funcionan los mercados: hay un productor, un vendedor y un consumidor. La naturaleza de un mercado grande se basa también en una producción  grande. Hay artistas que producen muchísimo, y eso genera un gran mercado. Yo soy un artista que no produce tanto. Sigo pensando que lo más importante es seguir haciendo. No te niego que es una gran alegría vender obra, pero también es lo que me impulsa a seguir “haciendo”…

Retomando el tema de la influencia del cine en tu obra, la obra de abajo, la del probador-laberinto de espejos, me recuerda un poquito a la escena final de La dama de Shangai. En otra obra tuya expuesta en el Reina Sofía, La torre, hay una cierta atmósfera de Twin Peaks, el color rojo de las paredes, la gente que aparece como suspendida en el aire…

Sí, podés ver todo eso, seguro. Pero te diría que el lugar desde el que yo relacionaría mi obra con el cine, tiene más que ver con la forma en la cual los espacios en una película generan el ámbito para una escena, le dan un determinado marco. Donde me parece más inevitable una asociación con el cine es desde donde las obras plantean una participación, una relación directa entre el espectador y la obra, que pone al espectador como actor, que pone en una situación de escena. Te pone en escena.

Ahá. Interesante lectura.

Y también creo que están relacionadas con el cine porque mis obras tienen un carácter narrativo. Espacial y narrativo. Y eventualmente involucran al espectador. Si vos ponés todo esto junto, inevitablemente vas a llegar a ideas vinculadas al cine o al teatro.

Sí, leí también que decías hace poco que es distinta hoy la dimensión del video a la hora de generar esa ilusión de realidad…

Sí, una obra como esta que presento acá del tren, no tiene ya la posibilidad de engañar a nadie. Nadie va a pensar: -Ay, estoy en un tren…

Bueno, entonces tal vez tenía razón la señora que recién te decía que tendrías que haber puesto un banco de tren y unas manijas de agarre para darle veracidad…

Jajaja. Sí, es verdad.

La arquitectura también está muy presente en tu laburo. Vos esa presencia la planteás desde el lugar del hábitat, del espacio que habitamos cotidianamente. Tiene que ver más con lo subjetivo e interior de lo arquitectónico, entonces.
Pero encontré muchas de tus obras en blogs de arquitectura, por ejemplo.
No hay en vos un gusto por esta disciplina per se? ¿O una influencia de tus viejos, que son arquitectos?

Siempre me gustó y me enganchó la arquitectura, pero no desde los aspectos funcionales, justamente, sino desde el alto grado artístico y creativo que tiene. Sin embargo, un arquitecto no está trabajando en pos de las emociones solamente…  aunque sí hay emociones, del momento en que se generan los espacios, pero pone el foco más bien en lograr la distribución, la circulación... son los desafíos que plantea la función. Y esa relación de tener que responder a la funcionalidad no es algo a lo que yo haya querido responder, ni que me haya interesado nunca. El arte no es funcional.

O sea que te interesa la arquitectura desde lo estético

(duda)

Y desde lo semántico…

Sí, desde lo semántico, desde la posibilidad de trasmitir información, desde la posibilidad de construir los escenarios que van a ser parte de nuestra cotidianeidad. Una particularidad que me interesa destacar: fijáte que en mi obra nunca he representado a un ser humano. Lo que estoy siempre tratando de generar es un espacio o un objeto. En mi obra el ser humano es el público. O aparecen humanos representados sólo en algún caso excepcional en que la obra lo pedía, como la del ascensor, pero sólo están ahí para ponerte en situación.

Sos una especie de arquitecto virtual… pero que trabaja con materia onírica…

Sí, pero voy más bien por la búsqueda de expandir los conceptos que definen aquello que es nuestra realidad. Es una idea que yo entiendo como optimista. El año pasado, una fundación en Brasil organizó unas charlas entre el artista brasilero Vic Muñiz, y yo, y luego, hablando con él, recordábamos los dibujitos animados de cuando éramos chicos, en los que solía ocurrir que un personaje llegara a una calle sin salida, a un muro, y pintaba en la pared una puerta o una ventana y se podía escapar por ellas…yo creo que esto es el arte. La posibilidad de abrir una ventana dentro de nuestra realidad, que tenga la capacidad de expandir el orden de lo real mucho más allá, porque así como no conocemos exactamente los límites del Universo, nuestra capacidad de pensar y de imaginar tampoco deberían tenerlos. Aunque por lo general nos encontramos bastante condicionados… no creo que la sociedad esté orientada a desarrollar, a estimular masivamente la imaginación.

¿Qué tipo de artistas y de obra te gustan? Tanto del extranjero como locales.

Hay muchísimos artistas que me gustan. Matthew Barney me parece un artista interesante; Sophie Calle, James Turrell... hablando de diferentes generaciones, ¿no? Me parecen interesantes todos aquellos artistas que buscan quebrar los límites, los parámetros con los que tendemos a movernos pero con una carga verdadera... vos sentís que están comprometidos con aquello que están haciendo.

Taller de Barracas. Una experiencia que recuerdes como la mejor, y otra que recuerdes como la peor.

La mejor fue, de una, el encuentro con Benedit. Yo había presentado ese proyecto del Obelisco en La Boca, y me encuentro con Benedit, que además de artista era arquitecto. Él me deja hablar, me escucha, le cuento todo el proyecto: que el Obelisco gemelo pero en la Boca, y que el símbolo porteño, etc. Había un tema de reflejo también: dos Obeliscos, ya no era uno, eran dos. –Vamos al Obelisco – ¿A cuál?

Jajaja

Él me escucha, y cuando termino me dice: -¿Vos sabés que Prebisch –el arquitecto que construyó el Obelisco- era mi suegro, no? De repente, todo eso le resultó curioso…

Y familiar…

Y familiar, sí. Me gustó que les haya divertido tanto a ellos ese proyecto, como directores de beca. Eso para mí fue importante.

¿Y la peor?

No, mirá, la verdad que ninguna, porque yo tenía 21 años, el programa era de 20 a 35, más o menos; y el resto de mis compañeros eran todos más grandes que yo, con su obra más desarrollada, en otro estadío. Y yo era como el benjamín del grupo: llegaba tarde a anotarme a los exámenes, me enteraba tarde de todo, y todos eran muy simpáticos y amables conmigo…

¿Con quiénes estuviste en el Taller?

En mi grupo estaban Nicola (Constantino), Beto de Volder, Mónica Girón, Gabriel Ezcurra, Claudia Fontes…

¿Y te quedaron amigos de esa época?

Más o menos. Con Nicola a veces nos vemos... pero poco…

¿Haber logrado tanto en tu carrera te genera alguna especie de crisis del deseo?

Uno encuentra estímulo en diferentes cosas. Y a veces va variando la fuerza de ese estímulo. Puede venir de afuera o puede venir de adentro.
Nunca pienso en la carrera, en un proyecto de “carrera profesional”.

No, está bien, pero el hecho de ir logrando cosas y anhelos va reorientando la pulsión hacia algún otro lado…

Sí… pero, mirá, yo nunca me planteé expectativas muy precisas de lo que me podía pasar, porque intuía que eran materia como para luego generar decepciones. Yo fui a visitar la Bienal de Venecia por primera vez en el ´99 y fui con una novia, como visitante. Jamás me imaginé exhibiendo en esa Bienal. Y exhibí dos años después, en 2001. Quiero decir… sucedió... pero yo no estaba deseando eso…

¿Tenés algo un poco zen me parece, no?

No, es más bien pensar todo de modo muy simple…

Bueno, el zen es justamente eso... jajaja

Sí... jajaja, claro. Pero una cosa es ir tomando decisiones y caminos en la vida que te puedan ir acercando adonde vos querés estar… y otra cosa es pensar, plantearse objetivos que no dependen de uno, en definitiva.

¿Siempre pensaste así o es algo que te vino con la madurez y la familia?

Siempre pensé así, sí. Lo único que yo siempre supe, y por suerte se dio bien, es que uno tiene que hacer las cosas que le gusta hacer, y de la mejor manera posible. Y después que sea lo que sea. El compromiso de hacer las cosas de la mejor manera posible. No niego igual que tuve mucha suerte…

¿La decisión de volver a vivir a la Argentina con qué tiene que ver?

Tiene que ver con que me rompí una pierna andando en moto… en Roma, mientras estaba preparando una exposición allí. Me la rompí el día anterior a la inauguración. Y me tuve que venir a operar acá.

¿Y?

Y ahí nos reencontramos con Luna (Paiva) y me quedé acá… hace ya seis años.



viernes, 12 de octubre de 2012

"Mis documentos", ciclo de lecture performance curado por Lola Arias en el Cultural San Martín


No se pueden perder este ciclo de Lecture Performance curado por Lola Arias, en el cultural San Martín. Un formato super interesante, interdisciplinario, y con varias direcciones conceptuales e interpretativas.
Entrada libre y gratuita!



miércoles, 10 de octubre de 2012

Las 1000 y 500. Ideas en un aniversario, por staff SAUNA

Las 1000 y 500. Ideas en un aniversario, por staff SAUNA

 Enlace directo a la revista SAUNA: 
http://www.revistasauna.com.ar/02_24/05.html




Hago las cosas por entusiasmo y también porque a veces reconozco un cauce en un lugar donde no está a la vista. Se torna físico. Siento que por ahí me puedo verter, discurrir.
Ambas cosas me pasan con Sauna. Algunas de las notas que escribo aquí son deliberadas, otras vienen de saber que hay un tema que por afinidad o contraste está formateado para que lo aborde.
Me gusta que la revista, tomando elementos de lo que acontece mes a mes en el ámbito de nuestras artes visuales, tanto apunte hacia esferas sutiles como remueva zonas anquilosadas. A mí, particularmente, me sucede de encontrarme con alguna frecuencia hablando de asuntos que rozan la política, reconozco que es una matriz importante de mis dos años de Sauna. Casi nunca recibí directamente comentarios negativos por hacerlo. Más bien todo lo contrario, aun de quienes piensan diferente. Eso es alentador por estas épocas. Y cuando un artista me manifestó su desacuerdo con lo que dijo uno de mis compañeros acerca de una obra suya, le expliqué lo mejor que pude que esa crítica era un acto de amor: estamos mirando lo que hacés, lo consideramos seriamente, no diremos lo mismo si nos parece valioso que si no. Como también soy artista, es lo que espero que suceda cuando yo exhibo algo.
Ojalá alguien perciba lo que hicimos hasta aquí como un aporte, aun con nuestros  errores y baches. Siento que un hijo valioso que dejamos es nuestro concurso de textos anual, que promueve nuevas producciones de gente experimentando con la palabra, las ideas y las artes visuales.

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“Lo que ayer tuvo sentido, hoy no lo tiene”, dice Ray Barko, el caprichoso y egocéntrico artista estrella de la películaUntitled, una suerte de parodia de Damien Hirst, que, finalmente, muere aplastado por una de sus propias obras: una vaca embalsamada con collares de cuentas de colores.
El mundo del arte contemporáneo aparece lúcidamente plasmado en esta genial película de Jonathan Parker, cruda radiografía de hasta los más remotos e internos tendones y ligamentos de éste medio. Allí todos son pretenciosos, pero a la vez tienen una innegable porción de razón;  todos triunfan, todos fracasan, todos son sinceros y todos son un fraude. La realidad dura un tris tras, en lo bueno y en lo malo, ya que cuesta recordar lo que ocurrió ayer, en este nuestro mundo hiperinformado con un click.
Vengo del ámbito de las disciplinas que estudian lo histórico, donde las verdades y las direcciones interpretativas ya están dadas –aunque sean muchas, diversas y siempre renovables- por el simple hecho de formar parte del pasado. Por eso, lo que más estimulante me resulta de trabajar con arte contemporáneo es que es un organismo vivo y en pleno proceso de construcción. Atravesado constantemente por debates, por hipótesis que se anulan unas a otras; teñido de subjetividades que parten tanto desde la arena político-ideológica hasta de la más prosaica carnalidad.
Con SAUNA empecé mi buceo –informal, pero sistematizado y concienzudo- en las aguas del arte contemporáneo. Hace ya dos años. Y hoy no me dan ganas de dejarlas: las corrientes submarinas que la atraviesan infunden vitalidad, fuerza creadora y la excitante ansiedad que genera la hoja en blanco.

***

24 meses en SAUNA, 24 números, 24 tapas, 24 entrevistas, cientos de textos, miles de muestras, millones de encuentros y desencuentros que marcan un espacio y un tiempo donde el deseo y el amor conviven las 24 horas en el mundo de las artes visuales. La independencia de la revista y de cada uno de los seis saunos nos permite meternos donde más nos interesa, sin problemas. El problema está en que ahora tengo 1500 caracteres para decir que veo una caída pronunciada de las artes visuales (artistas, obras, gestores, galerías, coleccionismo, curadores, ferias, becas, premios, instituciones, educación, gobierno, etc, etc.). En este momento prevalece en mi una mirada negativa porque creo que estamos viviendo bulímicamente: consumimos, no digerimos y vomitamos, ya es casi una adicción. Comer y vomitar. Provoca una sensación de placer rápido, egoísta, superficial, mentiroso. Muchas muestra para ver, mucha producción, muchos artistas, mucho de todo, y poco o nulo mercado. Cada vez menos coleccionismo, las instituciones frenadas hacen poco, los directores están en la mira, las galerías cierran, las que quedan se les hace muy difícil sobrevivir, los artistas se ven obligados a generar espacios, revistas, eventos, etc, en lugar de producir obras. Víctima y victimario son uno mismo, el medio, no hay un culpable. La bulimia provoca un cuerpo y cabeza poco saludable, débil y mezquino.
Esta visión que tengo hoy no me gusta y no es la idea con la que se fundó la revista pero no nos queda más que poner el cuerpo y salir a lo que nos toque. El futuro será mejor, distinto, hay que buscarlo. Y SAUNA estará ahí.

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Hacer un balance puede ser de lo peor, más si lo hacemos en septiembre. Si bien estamos de festejo, copa en mano cual típico diciembre, lo que estamos celebrando aquí es la vida que nosotros mismos dimos a luz, o que creamos a lo Frankenstein, y en estos casos resulta siempre difícil delimitar objetivamente el camino transitado y las expectativas futuras. Resulta difícil porque somos unos padres primerizos muy orgullosos de su bebé freak que con solo dos años se montó al mundo del arte en un huevo, así como en el corazón a fuerza de coraje. No escapamos a la endogámica manera de ser que tiene el arte y sus hacedores, porque somos eso de lo que hablamos. Edición tras edición, pensamos el balance y quizá por eso nos cueste hacer otro más, el balance de nuestros balances puede ser innecesario, excesivo, aunque seguramente sea sí, celebratorio.
La exigencia de evaluarlo todo ya está dada por sentado en nuestro hacer. Le damos vuelta a todo hasta que agotados logramos que esas ideas que están en el aire –y que por osmosis las incorporamos a nuestro ser- sean transpiradas luego en el Sauna. Tal vez a todos les pase lo que a mí, que al finalizar cada texto me pregunto porqué lo hago; pregunta sin una sola respuesta cierta, aunque sí con muchas posibles. Lo que claramente está a la vista es la necesidad de agitar las aguas calmas, revolver lo que está quieto para saber si la consistencia es buena. Es un acto de responsabilidad que se traduce en masoquismo, porque no escapamos a lo que juzgamos –para bien o para mal-. Porque estamos embarrados, es que en la batalla de las ideas todos nos salpicamos, hay que gozarlo para que quede claro que todo esto además de ser muy serio es un juego.

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Me aburre el chisme, prefiero hablar de mí, del interlocutor, del artista resucitado. A decir verdad, los chismes de los artistas resucitados me gustan mucho. Sobre todo si los autores pertenecieron a sus círculos, si fueron a los mismos bares, si compartieron amantes. El chisme solo me interesa como género literario. Los comentarios maliciosos, solapados, sirven como retratos, no solo de sus víctimas, sino de los victimarios. El arte del buen chismoso requiere de gran habilidad para recortar la realidad y retorcerla con estilo, exhibirla al  detalle y tratar de que la invención guarde suficiente verosimilitud como para que sea creíble. Es necesaria también una cuota de morbo para atrapar a la audiencia y un par de guiños picaros para hacerla cómplice. Nada que no haga la prensa amarilla,  acaso, ¿podríamos entender la Argentina sin las placas de Crónica TV  y  las tapas de revista Gente?
Sauna surgió en 2010, cuando ya había pasado el temblor de la gran crisis, y en el mundo del arte se sentía el recambio de la década. Muchas instituciones habían caído, otras se refundaban y otras tantas seguían tambaleando. Nos impulsó la idea de contribuir al debate. No cuchicheamos. Hablamos en voz alta, en caliente, con nombre y apellido. El combate es cuerpo a cuerpo, como en Fharenheit 451, los papers arden,los títulos quedan reducidos a cenizas, no hay billete que valga. No es fácil sostener las imposturas, la experiencia puede ser asfixiante. Las miserias del vecino,  las anécdotas de alcoba, los chanchullos del gobierno no son los temas que más nos interesan, pero en un campo que no para de expandirse,  termina por interesarnos todo. Tratamos de ser honestos. Cuidamos los modales. Y nos sacamos las ganas de decir lo que queda escrito. Después de cada sesión, créanme, volvemos a casa livianitos como animales.

sábado, 6 de octubre de 2012

SAUNA revista de arte - Proyecto que llevamos a cabo junto a Dany Barreto, Juan Batalla, Guido Ignatti, M.S. Dansey y Charlie Goz. Número Especial Segundo Aniversario. Cumplimos 2 años online!

Enlace directo a la revista:

http://www.revistasauna.com.ar/02_24/tapa.html



Staff SAUNA fotografiado por Nora Lezano. Dirección de arte: Teo Wainfred. Invitados: Zoe Trilnick Farji (asistente de producción de SAUNA) y Matías Sanchez Rusteroltz.
SAUNA revista de arte: Pensamiento a 110ª

viernes, 5 de octubre de 2012

Publicaciones Independientes en el marco de la muestra "La tensa calma de la superficie". Cuarto y último encuentro

AUTO-ZINE: WORKSHOP DE FANZINES por Melina Dorfman. Un taller para aprender qué es un fanzine y qué lo diferencia del resto de las publicaciones.
El jueves 11 de octubre en la Sala "C" del Cultural San Martín


Actividad gratuita con inscripción previa a: 
melina.dorfman@gmail.com

martes, 2 de octubre de 2012

Publicaciones Independientes en el marco de la muestra "La tensa calma de la superficie". Tercer encuentro

Este mièrcoles 3 de octubre, desde las 19:00h, en el Hall de la SALA AB
Charla-talk show sobre fanzines de arte, moda y arquitectura como parte de la propuesta de PUBLICACIONES INDEPENDIENTES para EXPANSIVA II
Invitados: Valentina Liernur, Rudy Rojas y entrevista vía skype con Marina Zuccon.
Entrada libre y gratuita.
Los esperamos.





miércoles, 26 de septiembre de 2012

Publicaciones Independientes en el marco de la muestra "La tensa calma de la superficie". Segundo encuentro


Éste jueves 27 de septiembre, desde las 19:00 h., proyección de cortos de fotógrafos, seleccionados por Guillermo Ueno, como parte de la propuesta artística de Publicaciones Independientes para Expansiva II.
En la Sala C del Cultural San Martín.
Los esperamos!


lunes, 24 de septiembre de 2012

Expansiva II "La tensa calma de la superficie" , en Ciudad Abierta, en el Canal de la Ciudad

Pequeña entrevista que nos hicieron los chicos de Ciudad Abierta el día de la inauguración de la muestra "La tensa calma de la superficie", en el Cultural San Martín. Me encanta como muestran las obras y la estética general del video. Gracias y felicitaciones!



viernes, 21 de septiembre de 2012

Publicaciones Independientes en el marco de la muestra "La tensa calma de la superficie"

Él miércoles pasado, 19 de septiembre, desde las 19:00 h., se llevó a cabo en el Hall de la Sala AB del Cultural San Martín, una lectura de poesías de la publicación Poesía Manuscrita, de Germán Weissi. Presentó, a pleno humor inteligente, Rita La Salvaje.
Buenísimo el set musical de los DJ Cecilia Szalkowicz y Gastón Pérsico. 
Van algunas fotos.


 




                           

martes, 18 de septiembre de 2012

Publicaciones Independientes en el marco de la muestra "La tensa calma de la superficie"

Éste miércoles 19 de septiembre, desde las 19:00 h., lectura de poesías, de la publicación Poesía Manuscrita, de Germán Weissi. Presentadora de lujo: Rita La Salvaje.
DJ set: Cecilia Szalkowicz y Gastón Pérsico. En el Hall de la Sala AB del Cultural San Martín.
Los esperamos!

viernes, 14 de septiembre de 2012

Inauguración de Expansiva II: "La tensa calma de la superficie", muestra que curé para el Cultural San Martín


El pasado 12 de septiembre inauguró la muestra Expansiva II: "La tensa calma de la superficie", con obras de Dany Barreto, Estanislao Florido, Luciana Rondolini y el colectivo Publicaciones Independientes (Martín Castagno, Gastón Pérsico, Verónica Romano y Cecilia Szalkowicz) en el Cultural San Martín.
Aquí van fotos de las obras y de la fiesta de la inauguración, que incluyó una performance del grupo Un Faulduo y un DJ set de  Cecilia Szalkowicz y Gastón Pérsico)
La instalación y los eventos programados por Publicaciones Independientes estarán hasta el 12 de octubre, las demás obras hasta diciembre.
Fachada del CSM, con obras de Rondolini, Florido y Barreto. Foto Dany Barreto
Fachada del CSM con obras de Florido y Barreto 

Enredadera de marcos, Estanislao Florido

My silver path, Luciana Rondolini

Op Guaraní Toy, Dany Barreto
Instalación/Living de Publicaciones Independientes 
Instalación/Living de Publicaciones Independientes  

My silver path, Luciana Rondolini (detalle) Foto Marianela Leguizamón

Instalación/Living de Publicaciones Independientes 
Cielo, obra de Román Vitali, parte de la muestra anterior, Reseteo, Dharma

Performance del grupo Un Faulduo 
 My silver path, Luciana Rondolini (detalle)
 My silver path, Luciana Rondolini. Foto Marianela Leguizamón
 Obras de Estanislao Florido y Dany Barreto
Texto curatorial
Performance del grupo Un Faulduo 

Fotos Sandra Cartasso, Prensa CSM

domingo, 9 de septiembre de 2012

Inaugura Expansiva II: "La tensa calma de la superficie", muestra que curo para el Cultural San Martín


EXPANSIVA II: “La tensa calma de la superficie”
¿Cómo sería la piel de las palabras y de los signos? ¿Qué textura tendría lo que va
por encima de un interrogante, de un enigma, de un núcleo ininteligible?
O se puede cambiar la sintaxis y preguntarse, también, que aspecto tiene lo que vive y
muere debajo de una piel relumbrante, erótica, hechicera.
El alcance de una y otros en la historia particular de cada cosa.
Contenido y forma pueden ser asociados con la permanencia y la fugacidad,
respectivamente. Pero lo promisorio es justamente jugar a invertirlos, a poner
lo conocido de cabeza. La esencia, los significados, los enigmas, podrían
descomponerse y mutar, trastocarse, esfumarse incluso. Y podrían quedar entonces
las superficies, falsamente falsas, alardeando insolentes pero recubriendo una verdad
distinta.
Palabras, signos, pieles, colores, sentidos.
Mentira. Cuando muere lo interior, la superficie también se transforma en otra cosa.

Mariano Soto, curador

viernes, 7 de septiembre de 2012

Mi texto para SAUNA revista de arte #23: "Perros y fideos desde un piso 20 en Brasil"

Enlace directo a la revista:
http://www.revistasauna.com.ar/02_23/06.html


Perros y fideos desde un piso 20 en Brasil
Maratón fotográfica en el marco del XVII Festival de la Luz en Buenos Aires
por Mariano Soto

Lorena Marchetti

Múltiple, escurridiza e inagotable, la fotografía como lenguaje artístico escapa sistemáticamente a clasificaciones y a límites definidos sobre lo que es o debería decir.
Se adapta y nos sorprende.
Química, mecánica y electrónica, pero también plástica, la fotografía es. Y con eso deberíamos darnos por satisfechos.
Ella señala, inventa, registra, recrea, pinta, sacraliza, impone, miente, salva, subvierte.
En éstos tiempos de Pos Historia del Arte, nada hay que la sujete o que le imponga una dirección específica o un lugar de desarrollo unívoco. Como a ningún otro lenguaje artístico, en realidad.
En éste contexto, un puñado de muestras de fotografía hoy, en Buenos Aires, presentan varias líneas de fuga en diversas direcciones interpretativas, formales y conceptuales.

Trompe l'oeil: Lorena Marchetti en Studio 488:
Desde la puerta de la galería, las fotos de Marchetti parecen obras intertextuales, o un repinte de acuarelas impresionistas. Pintura atmosférica, a plein air, las formas disueltas en la luz omnipresente. Los marcos dorados, lisos, como de casa de clase media de 1950, son parte del guiño. Pero al acercarnos vemos que la cosa pasa por otro lado: fotografía pura y dura, los supuestos paisajes renoirianos son fotos aéreas tomadas desde la terraza de un piso 20° en Río de Janeiro. Y son toma directa. El desdibujamiento es logrado sobreexponiendo el negativo a full; la luz es tanta que los contornos se disuelven y todo cobra una dimensión espiritual, olímpica. Pero hay manchas de colores saturados (azules, rojos, naranjas) que tampoco escapan de su veracidad documental: una toalla colgada, una hilera de sombrillas rojas, la pared pintada de azul eléctrico, son parte del mapa carioca cotidiano, que estas imágenes recogen pero convierten en otra cosa. Un juego inteligente y de enorme carga estética, que nos interpela sobre el cómo se ve desde arriba nuestro tozudo hacinamiento urbano, haciéndonos sentir un poco como el molinero de la película de Lech Majewski, todo altura, poder y discernimiento.

La fotografía como instalación: André Penteado en el Centro Cultural Recoleta (CCR):
Dad´s suicide (El suicidio de papá) se llama la obra que este artista brasileño exhibe en el CCR, destacándose dentro de una sobrecargada oferta de imágenes.
Acá la fotografía forma parte de una instalación, construida con imágenes en serie –el artista vestido con la ropa de su padre muerto recientemente y las perchas donde esa ropa estaba colgada- más un video y una fotografía de una camisa en primer plano. Antes de enterarse uno de qué va la obra y de empatizar por ese lado, ya las imágenes y su disposición –indesligables unas de la otra- nos atraen largamente. El tema de la repetición -elemento del Arte Pop explotado en todo su esplendor semiótico por Warhol- es aquí una pieza clave. Una sola foto de una percha, o de un hombre joven tomado de cuerpo entero y con los ojos cerrados, hubiera contado otra historia o ninguna. Aquí, el mantra sostenido por imágenes casi idénticas –el mismo tipo en la misma pose pero vestido distinto-, la repetición de formato del soporte y del modo de montaje, convierten a la obra en una especie de plegaria, una letanía devocional del hijo, que intenta un frustrado último abrazo con su padre; aligerar ese momento desconcertante en que se produce la disrupción de lo que existe, deviniendo algo que no. Y en que sólo los rastros dejados por el ausente –olores, pertenencias, imágenes- tienen el poder de restaurar en algo esa ausencia.
En Dad´s suicide la fotografía funciona de una manera totalmente distinta a la del juego estético, el trampantojo irónico o la histeria del snapshot de lo banal: es una herramienta racional y constructiva en una operación artística que la excede; es registro de una acción que es la obra, y la cadena de significados se libera no sólo por las imágenes en sí, sino más que nada por la razón por la que fueron construidas.

Lo friki es moda e incomoda: Pulsión, en el Centro Cultural Rojas:
La muestra curada por Alberto Goldenstein en el Rojas se llama Pulsión, y reúne los trabajos de Germán Ruiz, Lucila Penedo y Luis Sens.
Es una muestra sugerente, que deja huella, que molesta. Construida sobre dos tipos de imágenes y dos tipos de búsquedas y “pulsiones” artísticas que se complementan cerradamente.
Germán Ruiz construye imágenes limpias, de resonancia clásica, estéticamente elaboradas pero lejos del artificio; a partir, sin embargo, de una elección alejada de “temas” grandilocuentes. Un refugio para perros y su entorno aparecen entonces como un paisaje sereno, con un cielo diáfano y un césped verde luminoso. Los perros retratados son lisiados, desamparados y maltrechos, pero la lente de Ruiz los termina mostrando bellos y dignos; entrañables, superados del fantasma de lo freak y de lo trágico. Una operación super contemporánea la de Germán, esa de servirse de estéticas y modos de la Historia del Arte, pero para fundirlos en el magma del crisol artístico actual. El pasado al servicio de nuestro formateo a piacere del hoy.
En el caso de Sens, la cosa va por otro andarivel.  “Soy disperso. En la muestra exhibo lo que me sorprende a diario. Tengo el fetiche de mirar”, son sus propias palabras al respecto. Y el resultado es ese, justamente: la atomización de la realidad circundante, convertida en snapshots recurrentes en lo banal, feo, grotesco o sinsentido. Aquí resuena aquello que Benjamin definió como efecto de shock, o el bombardeo permanente de estímulos que recibe el hombre urbano moderno, en una vida de ritmo acelerado y virulento. El sólo hecho de caminar por la ciudad, viajar en un transporte público, ver una película, la televisión o navegar por internet, es convertirse en receptor de constantes e interminables estímulos visuales que pasan sin cesar por delante nuestro. En esta vía, el trabajo de Sens da cuenta de los miles de momentos insignificantes que vivimos durante el día: la vidriera de la peluquería, la familia coreana en una sucia mesa de un Mc Donald´s, una pila de panchos, la gorra de un marino, cinco escalones de un edificio cualquiera. No hay relatos ni señalamientos. Sólo una especie de histeria regurgitante de la realidad. La estética de su trabajo es, además, coherente con lo que muestra. Es instantánea tosca, casual y desintencionada. Basta caminar por Buenos Aires cualquier día para ver que estamos sumergidos en esa fealdad y ese caos.
Ahora bien, ¿las fotos de Sens hacen algo más que registrar la nada en la que vivimos y mostrarla? Pues no. Es ése todo su aporte. No hay capas ulteriores, no hay preguntas ni planteos. O el planteo es ése, la irritante multiplicidad de todo.
El caso de Lucila Penedo es similar o, al menos, entronca con Sens en el solaz por lo banal y lo feo. Pero Penedo redobló la apuesta: mientras Sens no aparece en ninguna parte, Penedo está en sus fotos, y elige el momento para shootear a sus jóvenes-de-clase-media-media-comiendo-fideos de la manera más grotesca y anti-estética posible. Y lo logra. Imágenes fuera de foco, el mantel de plástico, el plato viejo, el tarro de queso rallado que venden en los chinos, la ropa barata. Y sus protagonistas luciendo gestos con los que nadie querría ser eternizado. Las imágenes afectan todo nuestro bagaje educacional burgués: vemos chicos y chicas como cualquier otro, pero capturados comiendo fideos con toda la dificultad que esto implica para mantener las good maners: no chorrearse, no ensuciarse, no sorber, evitar lo desagradable. Penedo opera como voyeur y delata a sus personajes, mostrándonos lo que puede ocurrirnos a nosotros mismos. El rechazo es inevitable.
Hay además un recorte generacional y social que forma parte del planteo de su trabajo, que relaciona el consumo de un alimento barato como los fideos, con una franja de jóvenes que encuentran dificultades a la hora de posicionarse positivamente en el mercado laboral y profesional. O que lo logran pero, aún así, tienen que comer fideos por una cuestión de estrechez económica.
Más allá de esta pretensión de estudio cualitativo, hay un cierto aire pos adolescente o de reivindicación de una loca juventud eterna… aunque hablamos de gente de treinta y pico. Pero esto no es exclusividad suya. Tal vez a causa del efecto de shock en nuestra percepción cotidiana en las grandes ciudades, todo se atrasó una década…
Lo cierto es que desde hace una semana, comer fideos no volvió a ser lo mismo para mí.
Y bien ahí por Penedo.

La muestra Microrelieves, de Lorena Marchetti, podrá visitarse en la galería Studio 488/ Patio del Liceo, hasta el 30 de septiembre, Av. Santa Fe 2729, 1°, local 32.
La muestra Dad´s suicide, de André Penteado, podrá visitarse en el Espacio Central 4 del Centro Cultural Recoleta, Junín 1930, hasta fines de agosto de 2012.
La muestra Pulsión, de Ruiz, Penedo y Sens,  podrá visitarse en la fotogalería del Centro Cultural Ricardo Rojas, Av. Corrientes 2038, hasta el 28 de septiembre.

 Germán Ruiz
André Penteado

Fotos por MARIANO SOTO